Ser conscientes de lo que nos pasa

Ser conscientes de lo que nos pasa


En esta ocasión os quiero relatar un caso que me ocurrió  en la consulta, se trata de una señora de 30 y pocos años que vino a mi consulta por un afección de estreñimiento crónico, como muchos de vosotros sabéis los masajes de colón son muy efectivos para este tipo de problemas, los masajes inmediatamente empezaron a dar resultado, tras 4 sesiones sus intestinos funcionaban mucho mejor y dejo de venir. Dos semanas después volvió para recibir nuevos masajes ya que nuevamente tenía estreñimiento acusado, a mí me extraño que volviera con tanta prontitud ya que por lo general suelen durar mucho más tiempo los beneficios de los masajes de colón, así que revisamos nuevamente su ficha y profundizamos más en cuales podrían ser las causas de su estreñimiento, la alimentación no parecía la responsable ya que tomaba suficientes verduras, frutas y agua para que ese estreñimiento no fuera tan agudo.
Durante la revisión de su ficha le pregunte por el trabajo y me informó que trabajaba en una oficina con 6 personas más, le pregunte si se pasaba toda la jornada sentada y me dijo que no, que continuamente se pasaban papeles de unas mesas a otras y que se movía bastante, la pregunta clave fue la siguiente, ¿no siente la necesidad de acudir al baño durante su jornada para vaciar sus intestinos? y su respuesta fue la siguiente, durante mi jornada laboral no voy nunca a hacer de vientre, por Dios que vergüenza, fui una vez y salia tal olor que se rieron de mi un buen rato. He ahí la emoción oculta que provocaba su estreñimiento, a partir de ese momento mi labor no solo consistió en hacerle masajes de colón sino que también me empeñe en hacerle comprender que no es bueno esforzarnos en impedir una necesidad biológica de nuestro cuerpo por un sentimiento de vergüenza, que tenía que mentalizarse y ser consciente de que todos, incluidos sus compañeros de trabajo sentimos la misma necesidad de limpiar nuestros intestinos.
Cambie la programación de los masajes para conseguir que la llamada de la naturaleza se produjera fuera de los horarios laborales, la señora acepto venir después de salir del trabajo directamente a realizarse los masajes de colón y beber 300 ml. de agua al finalizar cada sesión, sin dejar de influir en que debía ser consciente de que ella misma estaba causando su estreñimiento por una emoción de la que debía desapegarse y así sanarla. No fue fácil que se convenciera de ello pero tras varias sesiones por fin se vio en la necesidad de acudir al baño durante su jornada laboral y se dio cuenta de que no pasaba nada, nadie se percato de que ella acudió al baño, nadie le hizo ni el más mínimo comentario o una mueca, me comento lo que había pasado y acudió a mi consulta durante 5 sesiones más. Esta clienta me ha recomendado y enviado a varias personas a mi consulta, ella está agradecida y yo también, la armonía entre nosotros vibro de manera coherente. 
Esta historia refleja el gran poder que tienen nuestras creencias y convicciones en nuestro organismo, que las emociones que no sanamos pueden provocarnos síntomas que calificamos como enfermedad. A veces necesitamos que nos ayuden a encontrar esa emoción que daña nuestro organismo.

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